El informe King-Crane sigue pareciéndome muy interesante e importante de leer. Es un referente que de algún modo nos permite pensar en lo que pudo haber ocurrido (o no) en aquella zona, en caso de que las potencias coloniales de la época hubieran escuchado alguna de las peticiones formuladas por la población.
Las Resoluciones del Congreso General Sirio, que tuvo lugar el 2 de julio del 1919, no coinciden exactamente con las voluntades de la gran mayoría de la población de lo que venía a llamarse entonces la Gran Siria, pero casi.
Lo que es tremendo comprobar es que ni una sola de las peticiones fue atendida. La respuesta a las demandas legítimas, apoyadas incluso en compromisos previos como los atestiguados por la correspondencia McMahon-Hussayn, fue brutal.
Esta es una traducción aproximada de las resoluciones mencionadas:
——————————
Resoluciones del Congreso General Sirio (2 de Julio de 1919)
Siria
Nosotros, los abajo firmantes, miembros del Congreso General Sirio reunido en Damasco el 2 de julio de 1919, e integrado por delegaciones de las tres zonas, a saber, el sur, el este y el oeste, y soportada con las credenciales que nos autorizan debidamente a representar a los habitantes musulmanes, cristianos y judíos de nuestros respectivos distritos, hemos decidido presentar el siguiente documento como definición de las aspiraciones de las personas que nos han elegido para representarlos ante la sección estadounidense de la Comisión Interamericana de los Aliados. Con la excepción de la cláusula quinta, que fue aprobada por una amplia mayoría, las resoluciones que siguen fueron aprobadas por unanimidad:
1. Pedimos la independencia política absoluta y completa para Siria dentro de estos límites: Montes Taurus en el Norte; Rafeh y una línea que va desde Al-Juf al sur de la Siria y la línea Mejazian de Akaba en el sur; los ríos Éufrates y Khabur y una línea que se extiende desde el este de Abu Kamal hasta este de Al-Juf en el este; y el Mediterráneo en el oeste
2. Deseamos que el Gobierno de Siria sea una monarquía constitucional basada en los principios de gobierno democrático, ampliamente descentralizada, en la cual se salvaguarden los derechos de las minorías, y deseamos que Amir Faisal, quién se ha esforzado noblemente en nuestra liberación y disfruta de nuestra plena confianza, sea nuestro rey.
3. Teniendo en cuenta el hecho de que los habitantes árabes de Siria no están menos equipados o dotados que otras naciones (como los búlgaros, serbios, griegos y rumanos) a los cuales se ha estimado capaces de obtener su independencia, protestamos contra el artículo XXII del Pacto de la Liga de las Naciones que nos relega a las razas insuficientemente desarrolladas que requieren el mandato obligatorio de otro poder.
4. Si, por cualquier razón que no podamos conocer, la Conferencia de Paz ignora esta protesta legítima, deberemos considerar el mencionado mandato del Pacto de la Sociedad de Naciones en el sentido único de la prestación de asistencia técnica y económica, sin menoscabo de nuestra independencia absoluta. Nos basamos en la declaración del Presidente Wilson de que el objeto de entrar en la guerra era poner fin a los diseños anexionistas con fines imperialistas. En nuestro deseo de que nuestro país no sea terreno para la colonización, y en nuestra creencia en que la nación americana está desprovista de ambiciones coloniales y no tiene diseños políticos para nuestro país, decidimos buscar ayuda en los campos técnicos y económicos de los Estados Unidos de América entendiendo que la duración de dicha ayuda no excederá los veinte años.
5. En el caso de que Estados Unidos sea incapaz de atender a nuestra petición, buscaríamos dicha asistencia de Gran Bretaña, a condición siempre de que no se le permitirá poner en peligro la unidad y la independencia absoluta de nuestro país, y de que la duración no debe superar el período mencionado en la cláusula anterior.
6. No reconocemos al Gobierno francés ningún derecho sobre ninguna parte de Siria, y rechazamos, bajo cualquier circunstancia y lugar, todas las propuestas de que Francia deba prestar alguna ayuda.
7. Rechazamos las pretensiones de los sionistas de establecer una comunidad judía en la parte sur de Siria que se conoce como Palestina, y nos oponemos a la inmigración judía en cualquier parte del país. No reconocemos que tengan título alguno, y consideramos sus demandas como una grave amenaza para nuestra vida nacional, política y económica. Nuestros conciudadanos judíos continuarán gozando de los derechos y de las responsabilidades que nos son comunes a todos.
8. Deseamos que no haya ningún desmembramiento de Siria y que no haya ni separación de Palestina ni de la región costera oeste o del Líbano de la madre patria. Deseamos que la unidad del país sea garantizada contra cualquier partición bajo la circunstancia que sea.
9. Pedimos la independencia completa para la emancipada Mesopotamia y que no haya barreras económicas entre los dos países.
10. Los principios fundamentales establecidos por el presidente Wilson en la condena de los tratados secretos nos impulsan a que protestemos categóricamente en contra de cualquier tratado que estipule la partición de nuestro país sirio, así como contra cualquier participación privada destinada al establecimiento del sionismo en la parte sur de Siria, por lo tanto, pedimos la anulación completa de estos convenios y acuerdos.

